Tratar el dolor neuropático de manera segura y eficaz podría ser más fácil gracias a los descubrimientos realizados por Investigadores del Instituto Monash de Ciencias Farmacéuticas (MIPS) y el Instituto Monash Biomedicine Discovery (BDI).
El dolor neuropático es una forma de dolor crónico que afecta aproximadamente a entre un 7% y 10% de la población europea (entre 300.000 y 600.000 personas en España). Se produce cuando los sistemas nerviosos periférico o central no funcionan correctamente e interpretan de forma errónea estímulos sensoriales externos de temperatura o tacto tan comunes como un roce o una caricia, a los que perciben como sensaciones muy dolorosas.
La mayoría de personas que padecen dolor neuropático puede sufrir un pronunciado deterioro de su calidad de vida y, según los autores del estudio, la falta de opciones terapéuticas actuales conduce a una dependencia excesiva de los analgésicos opioides, que pueden provocar efectos secundarios adversos.
Algo tan frecuente como un roce leve o una caricia pueden llegar a percibirse como sensaciones de intenso dolor”.
El nuevo descubrimiento proporciona a los investigadores la oportunidad de desarrollar analgésicos no opioides que carecen de efectos secundarios como somnolencia, niebla mental, disminución de la frecuencia cardiaca y respiratoria o adicción.
La investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista Nature, ha demostrado un nuevo modo de dirigirse a la proteína receptora de adenosina A1, que durante mucho tiempo ha sido señalada como un objetivo terapéutico prometedor para los analgésicos no opioides para tratar el dolor neuropático.
En el estudio de la Universidad de Monash, realizado en colaboración con investigadores de las universidades de Sydney, Kansas y Tokio, la Universidad de Uppsala y el Centro ARC de microscopía crioelectrónica de proteínas de membrana, los investigadores utilizaron electrofisiología (estudio de las propiedades eléctricas de células y tejidos biológicos) y modelos de dolor preclínicos para demostrar que una clase particular de molécula (llamada “modulador alostérico positivo”) puede proporcionar un direccionamiento mucho más selectivo del receptor A1.
EL DOLOR CRÓNICO EN ESPAÑA
Un 20% de la población en España sufre dolor crónico. Y de esa cifra tan elevada, dos tercios (alrededor de 6 millones) son mujeres.
Es necesario destacar que el dolor “no se ve” y que no siempre recibe la atención médica y social necesaria y adecuada. Sin embargo, el dolor es limitante, disminuye las posibilidades laborales, genera desigualdad, provoca exclusión social, reduce las expectativas profesionales y genera mucha infelicidad y frustración.
El dolor no se ve, pero es muy limitante y genera mucha infelicidad y frustración”.
Si una de nuestras pacientes nos cuenta que sufre un dolor intenso una o dos semanas antes y durante la menstruación (dolor menstrual), durante las relaciones sexuales o durante otras fases del ciclo, le explicamos que no debe considerarlo “normal” y, menos aún, si el dolor es tan intenso que le impide hacer vida normal.
Si sufres dolor, acude a tu especialista de confianza para realizar las pruebas que permitan alzanzar un diagnóstico certero, y diseñar para ti un tratamiento individualizado y efectivo que se adecúe a tus circunstancias, tus necesidades y tus deseos.