La mujer tiene un riesgo de sufrir anemia ferropénica diez veces superior al de los hombres. Las causas de la anemia por déficit de hierro y las diferentes formas de abordarla son diversas y, por ello, es fundamental realizar una adecuada prevención, un diagnostico precoz y un tratamiento correcto.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha actualizado la evidencia científica sobre la anemia en la población femenina en general, en mujeres embarazadas y en pacientes con patologías ginecológicas en un documento de consenso en el que han participado facultativos de las especialidades de Medicina Interna, Anestesiología, Hematología y Ginecología y Obstetricia.
El sangrado menstrual abundante (primera causa de anemia por déficit de hierro en mujeres en edad fértil), el sangrado uterino anormal y las pérdidas sanguíneas de origen intestinal son las causas más frecuentes de anemia en las mujeres de nuestro entorno, pero no son las únicas.
Las dietas pobres en hierro como la dieta vegetariana y la dieta vegana, que excluyen los alimentos con mayor aporte de hierro y mejor absorción, son también causa cada día más frecuente de riesgo de anemia ferropénica en mujeres en edad fértil.
La combinación de varios factores provoca que la anemia por déficit de hierro sea mucho más frecuente en la mujer que en el hombre”
La combinación de varios factores, como puede ser la dieta pobre en hierro y el sangrado menstrual abundante o la mala absorción intestinal que puede ser secundaria a intolerancias al gluten o a la lactosa, provoca que la anemia por déficit de hierro sea mucho más frecuente en la mujer que en el hombre.
La SEGO resalta que tanto las causas de la anemia por déficit de hierro, como las diferentes formas de abordarla están influidas por múltiples factores que deben ser tenidos en cuenta para alcanzar una prevención adecuada y un diagnóstico precoz que facilite un tratamiento correcto y efectivo.
SANGRADO MENSTRUAL ABUNDANTE
El sangrado menstrual abundante (SMA), también conocido por los especialistas como hipermenorrea, menorragia, hipermenorragia, menometrorragia, polimenorragia o polimenorrea, empeora la calidad de vida de la mujer, tanto por la anemia asociada como por la ansiedad que comporta.
Sin embargo, a pesar de constituir un riesgo para la salud de la mujer, muy a menudo el sangrado menstrual abundante o anormal es infravalorado, se considera “normal” o se percibe como un tema “tabú”, de tal modo que la mitad de las mujeres que lo sufren no están diagnosticadas ni tratatadas, porque no acuden a la consulta de su ginecólogo.