El desgarro o trauma perineal es una de las lesiones más frecuentes ocasionada durante el la segunda parte del parto vaginal, cuando ya se ha alcanzado la dilatación completa y se lleva a cabo la expulsión del bebé. Los desgarros y sus complicaciones, si no son tratados adecuadamente, pueden tener graves consecuencias para el bienestar y la calidad de vida de la mujer.
Lo más importante para el adecuado tratamiento de los desgarros es su correcta identificación y diagnóstico, ya que es lo que condicionará su posterior manejo terapéutico.
La mayoría de los desgarros perineales de primer y segundo grado, que realmente son lostipos más frecuentes derivados del periodo expulsivo durante un parto vaginal normal, no requieren de medidas extraordinarias para su curación: Una vez suturados adecuadamente, se indica reposo, higiene y ejercicios suaves del suelo pélvico según el criterio de su ginecólogo.
Sin embargo, los desgarros perineales de tercer y cuarto grado, que son los más complejos y los más graves, si no se atienden adecuadamente, pueden tener graves consecuencias y afectar a la mujer tanto a nivel físico como a nivel psicológico y emocional.
El suelo pélvico está formado por una serie de estructuras anatómicas (huesos, nervios, tejido conectivo, músculos) que se encuentran en la pared inferior de la pelvis, es decir, entre la vagina y el ano, sostienen los órganos pélvicos (vejiga, matriz, recto) y contribuyen, entre otras funciones, al control de los esfínteres.
Las heridas o lesiones en el suelo pélvico pueden ocasionar desde molestias leves, hasta incontinencia urinaria y fecal, dolor pélvico continuo o dolor durante las relaciones sexuales. Un diagnóstico correcto y preciso del grado de trauma perineal realizado tras los exámenes médicos pertinentes es fundamental para garantizar que se pueda llevar a cabo el tratamiento más adecuado y efectivo.
GRADOS DE DESGARROS PERINEALES
Los desgarros perineales pueden clasificarse en cuatro grados:
- Desgarros de primer grado: lesión de la piel perineal y/o mucosa vaginal.
- Desgarros de segundo grado: lesión de los músculos perineales superficiales, sin afectar el esfínter anal.
- Desgarros de tercer grado: se considera un trauma perineal severo que afecta el esfínter anal.
- Desgarros de cuarto grado: se considera un trauma perineal severo que afecta los músculos del esfínter anal externo e interno y la mucosa rectal.
FACTORES DE RIESGO DEL DESGARRO PERINEAL
Algunos factores se asocian con un mayor riesgo de sufrir durante el parto un desgarro de tercer y cuarto grado:
- Mayor peso del bebé al nacer (4 o más kilos).
- Primer parto.
- Desgarros de tercer y cuarto grado en partos anteriores.
- Edad gestacional (+ de 40 semanas).
- Posición del bebé al nacer (de nalgas, de pies, etc.).
- Parto instrumental: uso fórceps, ventosa o espátula.
- Episiotomía rutinaria.
INCIDENCIA
En los 250.704 partos atendidos en hospitales públicos españoles durante 2018, se produjeron 3944 desgarros perineales severos (de tercer y cuarto grado), según datos del Ministerio de Sanidad publicados en 2021. Aunque esta cifra puede estar por debajo del número real, debido a que pueden en algunos casos pasar desapercibidos y, en otros casos, existe falta de diagnóstico y registro adecuado.· En los partos no instrumentales (201.079), se produjeron 1.772 desgarros perineales severos (0,9%).· En los partos instrumentales (47.188), se produjeron 2172 desgarros perineales severos (5,2%).
COMPLICACIONES Y SECUELAS
Los desgarros perineales de tercer y cuarto grado que no son atendidos con los cuidados terapéuticos y la pericia y la técnica quirúrgica adecuadapueden tener repercusiones a largo plazo y afectar a la mujer tanto a nivel físico como a nivel psicológico y emocional.
A CORTO PLAZO
- Riesgo de sangrados.
- Infecciones.
- Cicatrización dolorosa y/o molesta.
- Edema (acumulación de líquido).
- Hematoma (acumulación de sangre).
A MEDIO Y LARGO PLAZO
- Incontinencia urinaria.
- Incontinencia de gases.
- Incontinencia fecal.
- Dolor perineal continuo (en la cicatriz, en la zona circundante).
- Dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales).
- Prolapso uterino (debilidad del Suelo Pélvico).
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Como medidas de prevención para ayudar a proteger el perineo y reducir la posibilidad de desgarro y trauma perineal de tercer y cuarto grado, puede ser recomendable:
- Masaje perineal prenatal durante las últimas semanas de embarazo.
- Entrenamiento prenatal de los músculos del suelo pélvico.
- Aplicación de compresas tibias / calientes durante la segunda etapa del trabajo del parto.
- Progreso controlado de la cabeza y los hombros del bebé.
- Realización adecuada de la episiotomía.
Para garantizar que se pueda llevar a cabo el tratamiento más efectivo y adecuado, es fundamental realizar un estudio exhaustivo (exploración física, estudios analíticos, radiológicos y urodinámicos, etc) que permita alcanzar un diagnóstico preciso y correcto.