Autor:
Dra. Emma Ribas
El duelo por la muerte de un ser querido es un proceso natural necesario que, sin la atención adecuada, puede llegar a convertirse en patológico. Si la muerte es de un hijo durante el embarazo o en el parto (pérdida gestacional o perinatal) o a los pocos días de nacer (muerte neonatal), el golpe para los padres es inmensamente duro y difícil de sobrellevar, especialmente si lo vivimos sin el acompañamiento y la ayuda adecuada.
A un hijo se le empieza a querer antes de que nazca. Durante semanas o meses, la madre ha imaginado cómo sería su vida futura cuando concluya su embarazo y tenga un hijo al que cuidar y ver crecer.
Si las ilusiones y proyectos han finalizado de la manera menos esperada y más temida, si el sueño se convierte en la peor pesadilla, la sensación de vacío y el sentimiento de culpa pueden ser un tormento difícil de superar.
Nadie está preparado para una experiencia tan dolorosa como está, y menos cuando el entorno (la familia, los amigos) no sabe cómo hacer un buen acompañamiento
¿Qué es el duelo?
El duelo es el proceso de adaptación emocional a la situación de pérdida, por el que es necesario pasar hasta que se supera y se aprende a seguir viviendo en unas circunstancias inesperadas.
La intensidad y duración del proceso de duelo es proporcional al significado emocional que representa la pérdida y cómo esta se gestiona.
Cada caso y cada persona necesitan un proceso y un tiempo únicos. Sin embargo, el duelo gestacional, perinatal y neonatal no está suficientemente reconocido por la sociedad, es un duelo silenciado, invisibilizado, al que se le suele restar importancia.
Es un duelo para el que no se deja tiempo, porque se insta a la pareja a pasar página, hasta el punto de que tanto las mujeres como los hombres deben reincorporarse a su vida laboral y volver muy pronto al día a día como si nada hubiera ocurrido.
Síntomas más habituales del duelo
Con la pérdida, advertimos unos fuertes cambios emocionales y cognitivos junto con una potente sintomatología física: problemas de sueño, agotamiento, debilidad, dolores musculares o de cabeza, sensación de despersonalización, etc.
El motivo es que nuestro cuerpo está realizando un sobresfuerzo con el fin de poder afrontar la situación. Es, pues, el recurso que tiene el organismo para llamar nuestra atención sobre lo que está ocurriendo y no estamos atendiendo.
Los síntomas más habituales son los siguientes:
- Problemas en el sueño
- Insomnio e interrupciones en el sueño
- Pesadillas
- Sensación de no haber descansado
- Problemas digestivos
- Falta de apetito, ingesta compulsiva, cambios bruscos en el peso
- Dolor de estómago
- Náuseas, vértigos
- Alteraciones del sistema nervioso
- Aturdimiento, pérdida y falta de atención
- Mareos, falta de aire, temblores y debilidad muscular
- Presión en la garganta y/o el pecho
- Irregularidad en el ritmo cardíaco.
- Alteraciones del sistema inmunológico
- Se reducen las defensas
- Posible alteración del estado hormonal
El equipo de psicólogos de Women’s
Para transitar y superar el duelo, es fundamental rodearse de personas cercanas, amigos y familia, que sepan escuchar y entender la situación y que le otorguen al proceso la importancia que realmente tiene.
Pero también podemos apoyarnos en profesionales especializados, como los que integran el equipo de psicólogos de Women’s, que sepan acompañar en las distintas fases del duelo gestacional y perinatal proporcionando las herramientas, el espacio y la atención más adecuada.