os ofrecemos un artículo sobre los tratamientos complementarios que han mostrado alguna utilidad en el tratamiento de esta enfermedad.

Menopausia, el inicio de una nueva etapa
¿Cómo sé si estoy en la menopausia?
La menopausia es el cese definitivo de la regla como consecuencia del envejecimiento del ovario. Es un diagnóstico retrospectivo, es decir, hablamos de menopausia cuando ha transcurrido un año desde la última regla y no se ha tenido ningún sangrado menstrual.
En condiciones fisiológicas normales, la menopausia se presenta entre los 48-52 años (edad media 50 años) pero puede producirse la desaparición de las reglas de forma anticipada. Por lo tanto, una mujer sabe que le ha llegado la menopausia cuando, alrededor de los 50 años, lleva un año sin menstruar. No es necesario realizar ninguna analítica para el diagnóstico de menopausia, sin embargo, en determinadas situaciones debemos solicitarlo.
Cuando la menopausia se presenta antes de los 40 años, estamos ante lo que se denominaba, menopausia precoz, pero ahora, se llama insuficiencia ovárica primaria porque es un cuadro complejo que no traduce exactamente lo que puede pasar en estos casos. Casi la mitad de estas mujeres, recuperarán de forma inesperada su función ovárica, pudiendo incluso quedar embarazadas de forma espontánea.
Cuando la menopausia se presenta entre los 40-45 años, se denomina menopausia temprana y cuando lo hace más tarde de los 55 años, menopausia tardía.
¿Cómo afecta la menopausia a mi vida diaria?
La menopausia se manifiesta en una serie de signos y síntomas que se presentan de forma escalonada. Las alteraciones a corto plazo son las menos importantes en cuanto a repercusiones clínicas, pero las que interfieren más “aparentemente” en la calidad de vida. Las alteraciones a medio y largo plazo son las causantes de las repercusiones más importantes. Éstas pueden paliarse y algunas incluso evitarse, con medidas preventivas, que serán tanto más eficaces cuanto antes las instauremos.
A corto plazo
- Alteraciones neurovegetativas: sofocos, sudoración, palpitaciones, cefaleas, vértigos, etc.
- Alteraciones psicológicas: irritabilidad, labilidad emocional (alteraciones en la manifestación de la afectividad como llantos, risas inapropiadas…).
A medio plazo
- Síndrome genitourinario de la menopausia: sequedad vaginal, dispareunia, disuria, infecciones urinarias, urgencia urinaria…
A largo plazo
- Osteoporosis
- Patología cardiovascular
La menopausia no puede retrasarse, pero la clínica, podemos evitarla. Cuando administramos tratamiento hormonal, la sintomatología se detiene, es decir, no retrasamos la menopausia, pero sí la sintomatología y las consecuencias. No todas las mujeres son candidatas a este tratamiento, sin embargo, es necesario realizarlo, cuando no hay contraindicación, a aquellas mujeres menores de 40 años.
La postmenopausia
La postmenopausia es la etapa posterior a la menopausia. Tiene una larga duración, media de 38 años. Es una etapa en la que hay que prestar especial atención a la prevención de patologías como la cardiovascular y la osteoporosis.
Se distinguen dos fases: postmenopausia temprana que comprende los 4 primeros años despues de la menopausia y postmenopausia tardía que de los 5 años después de la menopausia en adelante.
Cuando la mujer llega a esta etapa los síntomas de la menopausia se han reducido o desaparecido, como por ejemplo los sofocos. Pero la reducción de los estrógenos comportar una disminución de la protección frente a las enfermedades cardiovasculares y el riesgo de las mismas se equipara al de los hombres.
En la postmenopausia también se produce una ganancia de peso que suele ser evidente y también se incrementa la pérdida de masa ósea. Para controlar es pérdida se recomienda tener una dieta rica en calcio y vitamina D. La visita al ginecólogo debe realizarse para que para que determine las pruebas a realizar y que tratamiento se debe seguir.
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