El modo en que se desarrolla la primera experiencia sexual, si es gratificante o no lo es, tiene impactos duraderos en el mayor o menor deseo sexual de la mujer a lo largo de su vida, ha concluido recientemente Diana Peragine, doctoranda en Psicología de la University of Toronto Mississauga (UTM), en un estudio publicado en el Journal of Sex Research.
Peragine, junto con sus colegas investigadoras de la Universidad de Toronto Malvina Skorska, Jessica Maxwell y los profesores Emily Impett y Doug VanderLaan, han detallado sus hallazgos en un estudio que incluía 838 adultos heterosexuales.
La investigación ha permitido concluir que las mujeres solo diferían de los hombres en su deseo de sexo en pareja si su primera experiencia sexual no había sido placentera.
«Popularmente se suele decir que las mujeres tienen un impulso sexual más débil que los hombres, que la brecha de la libido es grande y estable a lo largo de la vida porque las mujeres están programadas para querer menos sexo que los hombres», explica Peragine.
Una primera experiencia sexual frustrante para la mujer puede desincentivar su actividad sexual futura”
“Anteriormente existía la idea de que el deseo sexual era como el hambre o la sed, que se origina internamente y surge espontáneamente”, ha afirmado Peragine, «pero ahora estamos entendiendo que es más dinámico y receptivo a la experiencia, y que las experiencias sexuales gratificantes dan forma a nuestras expectativas sexuales futuras».
En lugar de hablar de diferencias de género fijas en el deseo sexual, “nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que una primera experiencia sexual más frustrante que gratificante para la mujer puede desincentivar su actividad sexual futura”, ha explicado la investigadora.
Las experiencias sexuales gratificantes dan forma a las expectativas sexuales futuras”
En su estudio, han podido constatar que «en comparación con los hombres, las mujeres tenían la mitad de probabilidades de reportar estar satisfechas en la primera relación sexual, y unas ocho veces menos probabilidades de tener un orgasmo», y agregan que las mujeres que tuvieron un orgasmo la primera vez que tuvieron relaciones sexuales estaban más interesadas en tener pareja sexual, y sus niveles actuales de deseo eran iguales a los de los hombres.
¿A qué edad conviene acudir al ginecólogo por primera vez?
A partir de los 12-13 años podría ser conveniente que se lleve a la adolescente a la consulta para empezar a establecer una relación de confianza con el ginecólogo, familiarizarse y normalizar las revisiones, solventar dudas sobre la regla, la higiene íntima o los métodos anticonceptivos.
Aunque no hay una edad exacta para ir al ginecólogo por primera vez, si tienes preocupaciones o si has empezado o vas a empezar a tener relaciones sexuales y quieres que te asesoren o aconsejen, ve al ginecólogo y habla con él o ella.
Es conveniente acudir al ginecólogo una vez al año y siempre que tengas molestias o dolores relacionados con la regla o te parezca percibir cambios en los senos.