El Dr. Francisco Carmona ha concedido recientemente una entrevista en la que explica hasta qué punto en los últimos 10 años su especialidad, la Ginecología, está viviendo una auténtica revolución.
El diagnóstico de las enfermedades ginecológicas ha vivido en los últimos 10 años un cambio espectacular gracias al diagnóstico por la imagen, ha explicado el Dr. Francisco Carmona, Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y Director Científico y de Cirugía de Women’s CD.
Antes, hacíamos un diagnóstico quirúrgico, lo que obligaba a la paciente a pasar por el quirófano.
Actualmente, a través de la imagen (por ejemplo con una ecografía), podemos afinar mucho el diagnóstico y ser más rápidos en el abordaje de la enfermedad: si tenemos antes un buen diagnóstico, con más rapidez podremos iniciar el tratamiento y evitarles a las pacientes las consecuencias de la enfermedad a largo plazo.
A través de la imagen actualmente podemos afinar mucho el diagnóstico y ser más rápidos en el abordaje de la enfermedad”
En los últimos años también está cambiando mucho la percepción que la sociedad ha mantenido durante siglos sobre la menstruación y el dolor.
Vivimos en una sociedad patriarcal con una visión masculina del mundo: hemos asumido que las mujeres deben estar invalidadas cuando tienen la regla. Pero esto no puede ser así: ¡La regla no debe provocar dolor!
Sin embargo, dos de cada tres personas que padecen dolor crónico son mujeres. El dolor es una causa muy importante de discapacidad y de pérdida de calidad de vida, pero no nos olvidemos de que la hemorragia, la anemia, por ejemplo, es muy frecuente entre las mujeres.
Como ginecólogos, nuestro objetivo es proporcionar calidad de vida a nuestras pacientes”
Debemos insistir en que el dolor no es normal y conseguir que nuestro mensaje se propague y llegue a más personas de manera más clara y comprensible.
También en el campo de la cirugía vendrán nuevas técnicas con la fusión de imágenes de la resonancia o de la ecografía con las imágenes reales de la laparoscopia que obtendremos dentro del quirófano.
Estoy convencido de que antes de entrar en el quirófano, y gracias a la inteligencia artificial, muy pronto podremos practicar y prever cómo irá la operación. Todo ello permitirá disminuir los riesgos de las pacientes. En un futuro a corto plazo, en 8 o 10 años, estoy seguro de que todos estos avances serán una realidad.
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