Autor:
Dra. Emma Ribas
Hay etapas en la vida de una persona en las que disminuye el deseo sexual. Si la falta de interés por el sexo se prolonga, puede llegar a convertirse en una preocupación importante. No hay porqué conformarse con esta situación: con la ayuda de buenos profesionales, podemos descubrir las causas y elaborar la solución.
A cualquier edad, las circunstancias vitales pueden variar y afectarnos en lo más personal: un problema de salud, dificultades económicas, exceso de trabajo, relaciones familiares difíciles o la falta de tiempo de calidad pueden rebajar enormemente nuestro deseo sexual y afectar a nuestra vida individual, íntima y de pareja.
Estamos cansados o estresados, el sexo no nos apetece, no encontramos el momento adecuado, no lo disfrutamos o sentimos molestias al hacerlo y, cuando nos damos cuenta, ha pasado el tiempo y empezamos a pensar que quizás tengamos un problema sin solución.
He perdido el deseo ¿Qué me ocurre?
Para tratar adecuadamente la falta de deseo sexual, es importante que descubramos y evaluemos las posibles causas que la provocan y analicemos el ciclo de la respuesta sexual normal.
En muchas ocasiones será necesario valorar si las causas son psicológicas, físicas o mixtas. Se puede dar el caso de que converjan causas psicológicas y orgánicas, lo que haría necesaria la intervención de profesionales de varias especialidades, como ginecólogos, psicólogos o fisioterapeutas de suelo pélvico.
Las causas que pueden originar el deseo sexual hipoactivo o el trastorno del interés y la excitación sexual femenina son múltiples:
- Dificultades en la comunicación con la pareja, discrepancia en la forma de entender la sexualidad, monotonía, faltas de respeto o violencia sutil.
- Problemas de autoestima o imagen corporal.
- Crisis vitales, duelos, estrés, traumas, alteraciones psicológicas o infertilidad.
- Educación sexual restrictiva, desconocimiento del funcionamiento erótico-sexual del propio cuerpo, experiencias sexuales negativas o orientación sexual no autoaceptada.
- Problemas de salud o enfermedades.
- Grandes cambios vitales como el embarazo o el postparto.
¿Es posible volver a disfrutar de la sexualidad?
Sean cuales sean los motivos, al perder el deseo se entra en una espiral en la que se evita mantener relaciones sexuales y se acaba por sentir inseguridad, baja autoestima, ansiedad y un malestar que obstaculiza las relaciones interpersonales yt provoca el distanciamiento afectivo de la pareja.
Por ello, En Women’s sabemos que es fundamental dar un paso adelante, recurrir a los profesionales adecuados y averiguar qué nos ocurre y qué está provocando esta situación.
Hablar con un profesional en un ambiente de calma y privacidad puede ser la mejor ayuda para iniciar el camino que nos permita encontrar una solución y volver a disfrutar de la sexualidad.