Científicos del Instituto Nacional del Cáncer (Estados Unidos) han publicado en la revista Cell un estudio sobre un novedoso tratamiento para el cáncer metastásico, el cáncer que se propaga desde el órgano donde se inició hasta otros órganos distintos. En un estudio en ratones, el tratamiento con células modificadas genéticamente ha conseguido reducir los tumores y evitar que el cáncer se propague a otras partes del cuerpo.
Cáncer Metastásico
Antes de que el cáncer se propague desde el órgano en el que se inicia, envía señales para preparar su llegada a otros puntos del organismo. En estos lugares del cuerpo (denominados “nichos premetastásicos”) donde el cáncer podría propagarse, los investigadores descubrieron que la capacidad del sistema inmunológico para defenderse estaba presente, pero era débil.
El equipo de investigadores del Instituto Nacional del Cáncer descubrió que había pocas células inmunitarias que mataran el cáncer y muchas células que inhibían la defensas, pero también hallaron abundantes células mieloides, células que forman parte de la primera defensa del organismo tanto ante las infecciones como ante las lesiones o ante el cáncer.
Los investigadores se plantearon entonces la posibilidad de cambiar el “mensaje” de las células mieloides para estimular la acción defensiva del sistema inmunológico.
Los investigadores estimularon la acción defensiva del sistema inmunológico modificando genéticamente las células inmunes para que estas enviaran señales de “aviso” a los órganos donde el cáncer podría diseminarse”.
Con el objetivo de que los órganos donde el cáncer podría diseminarse activaran su defensa, los investigadores del NCI modificaron genéticamente estas células inmunes (células mieloides) para que, antes de que el cáncer se propagara, enviaran señales de “alerta” a los órganos donde el cáncer podría diseminarse y estimularan la acción defensiva del sistema inmunológico.
Para activar el mensaje de aviso, los científicos emplearon ingeniería genética y agregaron a las células mieloides un gen adicional con el que subir “el volumen de un mensaje de alerta», ha explicado la doctora Rosandra Kaplan, líder del equipo investigador.
El resultado fue el esperado: las células modificadas genéticamente activaron células inmunes que mataron el cáncer en el nicho premetastásico y redujeron las señales que inhibían el sistema inmunológico.
Las células modificadas genéticamente “cambiaron la conversación”: ahora estaban diciendo a otras células inmunes que se prepararan para combatir el cáncer”.
“Estábamos emocionados de ver que las células mieloides modificadas genéticamente “cambiaron la conversación” en el nicho pre-metastásico. Ahora estaban diciendo a otras células inmunes que se prepararan para combatir el cáncer”, ha afirmado la doctora Kaplan.
Los investigadores también evidenciaron que la combinación de quimioterapia y células mieloides modificadas genéticamente podría prevenir la reaparición del cáncer. Para comprobarlo, los científicos reintrodujeron células cancerosas en ratones que habían sido tratados con un tratamiento combinado y pudieron constatar que no se formaban tumores.