El periodo, la regla, la menstruación… qué es y cómo explicárselo a nuestras hijas

Extracto de Guía práctica de la salud femenina” (RBA Libros), del Dr. Francisco Carmona

Hablar de la menstruación en público o, incluso, en familia es todavía hoy un tabú. No tenemos inconveniente en charlar con nuestros hijos e hijas de otros muchos temas, pero solemos evitar hablar de la menstruación, perpetuando el desconocimiento sobre un proceso  con el que convive más del 50 por ciento de la población durante la mayor parte de su vida.

Muchas familias evitan o retrasan el momento de hablar con sus hijas sobre la regla y, a veces, dejan que sus hijas adolescentes se “informen” por su cuenta, hablando con amigas o rescatando de aquí o de allí retazos de conversaciones o comentarios descontextualizados.

¿Por qué evitamos hablar de la menstruación? Básicamente, porque no sabemos cómo explicar el proceso o porque la regla sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad o por ambos motivos.

Sin embargo, “desnormalizar” la menstruación, apartarla de nuestras conversaciones como si no existiera o desconocer cuándo determinados síntomas requieren de la consulta de un profesional de la medicina es un peligro, porque perpetúa prejuicios y falsas ideas que pueden afectar enormemente a la salud de nuestras hijas.

Es falso que sea “normal” que la regla duela hasta el punto de interferir en la vida de una mujer, postrándola en cama o impidiéndole llevar la vida que desea».

Por ejemplo, es peligroso “normalizar” el sufrimiento y el dolor. Es falso que sea “normal” que la regla duela tanto como para interferir en la vida de una mujer, postrándola en cama o impidiéndole llevar la vida que desea.

Expliquémosle a nuestras hijas que, cuando empiecen a ovular, pueden tener molestias antes, durante o después del periodo: dolor de vientre, dolor de cabeza, cambios de humor e hinchazón de los pechos.

Pero, atención: es importante que sepan que no deben considerar normal un dolor menstrual que las obligue a guardar cama o les impida asistir al colegio.

Así qué, si tu hija se queja de un dolor intenso que no remite fácilmente con analgésicos o antiinflamatorios (ibuprofeno o paracetamol) o si las reglas son muy abundantes, es importante que no dudes y que acudas a la consulta de un ginecólogo.

EL PROCESO

En la pubertad, poco antes de que se empiecen a evidenciar los cambios en el cuerpo de las niñas, es en el cerebro donde se empiezan a producir los primeros cambios, cuando los niveles de dos hormonas conocidas como gonadotropinas (LH y FSH) empiezan a aumentar.

Las hormonas son algo así como “mensajeros químicos” que tienen la función de regular y controlar funciones tan importantes como, entre otras, el crecimiento, el desarrollo o la reproducción.

El aumento de estas hormonas (las gonadotropinas) se produce cuando el hipotálamo, una glándula del cerebro, estimula su liberación. En ese momento, las hormonas les “dicen” a los ovarios que empiecen a producir estrógenos, progesterona y otras hormonas, que son las encargadas de estimular el desarrollo de los pechos, el crecimiento de los huesos y la distribución de la grasa, además de estimular los impulsos sexuales y las secreciones sebáceas culpables del acné.

Cada mes, cuando se aproxima la ovulación, el cuerpo genera mayores cantidades de estrógenos, que a su vez, provocan que  el endometrio (la parte que recubre el útero) acumule los nutrientes necesarios para alimentar un óvulo fecundado.

El óvulo (una célula sexual femenina) madura en el ovario y es liberado en la ovulación. Si el óvulo es fecundado, anida en el útero y, si no es fecundado, el endometrio se desprende (el ovulo con él), y se expulsa a través de la vagina en forma de regla.

CÓMO SON LOS PRIMEROS PERÍODOS

La edad generalmente aceptada como «normal» para que una niña alcance la pubertad es de los 10 años en adelante, pero es perfectamente normal que la primera menstruación, llegue entre los 12 y los 15 años.

En los meses previos al primer periodo, es habitual que se incremente el flujo vaginal, un flujo blanco, bastante líquido o ligeramente amarillento, resultado del aumento de las secreciones vaginales producidas por los estrógenos.

La regla puede durar entre 3 y 7 días, y la cantidad de sangre que se expulsa en cada regla también puede variar de una adolescente a otra.

La mayoría de las mujeres tienen la regla una vez al mes, pero el ciclo menstrual puede ser también más corto o más largo. Algunas mujeres tienen la regla cada 21 días, otras la tienen cada 35 días, pero lo más habitual es que el ciclo dure entre 25 y 30 días, y que la media sea de 28 días.

Al principio, durante los primeros años, es muy habitual que las adolescentes tengan periodos irregulares e, incluso, que pasen meses entre el primer periodo y el segundo. Lo más habitual es que la regla se vaya regularizando progresivamente, pero ten en cuenta, además, que el estrés, el ejercicio físico o una mala alimentación pueden influir en la irregularidad de las reglas.

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