Autora:
Dra. Maddalena Santiroco
Durante el embarazo, la calidad de la nutrición es fundamental tanto para la salud de la madre como para la del bebé. El calcio de los lácteos, por ejemplo, resulta esencial siempre que se tome en la cantidad adecuada. Pero, ¿se puede tomar cualquier lácteo?, ¿son sanos todos los quesos, postres o salsas compuestos con leche?, ¿en qué caso tomar queso puede llegar a ser extremadamente peligroso?
La nutrición y la seguridad alimentaria siempre son importantes, pero durante el embarazo y la lactancia lo son aún más. En esta época de nuestra vida solemos tener más cuidado con nuestra alimentación, porque sabemos que lo que comemos afecta no solo a nuestra salud, sino también a la de nuestro bebé.
La Navidad es época de celebraciones, fiestas, reuniones y comidas en casa de amigos y familiares en torno a mesas servidas con múltiples platos, menús tradicionales y alimentos de los que desconocemos el origen o el modo en que han sido preparados.
Frecuentemente, entre los entrantes, al lado de embutidos y mariscos, abundan los surtidos con variedades de quesos provenientes de todas las geografías. Además de platos con carnes y pescados acompañados de salsas preparadas con lácteos, y postres caseros que pueden contener leche, yogur o queso.
Los quesos y los lácteos, siempre con leche pasteurizada
Si estás embarazada, debes extremar las precauciones, estar muy alerta y no comer cualquier queso o lácteo porque no todos son iguales: si no estás cien por cien segura de que la leche utilizada ha sido realmente pasteurisada, no los tomes.
No comas ni leche, ni queso, ni salsas, ni cremas, yogures o helados caseros si no tienes la absoluta seguridad de que han sido preparados con leche pasteurizada, porque si la leche utilizada es cruda puede estar contaminada con bacterias como la listeria monocytogenes, un microorganismo que únicamente se destruye y elimina a temperaturas de más de 70 grados o mediante pasteurización, muy peligroso para tu bebé, que se puede transmitir durante el embarazo o en el momento del parto, provocando infecciones al recién nacido.
Los alimentos contaminados pueden ser la leche cruda, el queso preparado con leche no esterilizada, la carne cruda o no suficientemente cocida, las verduras crudas, los embutidos, los quesos frescos o poco curados o los patés.
Durante el embarazo, es conveniente tomar leche y lácteos como el queso, pero lee siempre las etiquetas antes de consumirlos.
Y si no tienes la etiqueta a mano, si son postres o platos caseros, si tienes alguna duda, no tomes ese queso, esa salsa o cualquier otro derivado lácteo.
SI tienes dudas sobre qué comer y en qué condiciones, consulta a tu ginecólogo o un especialista en nutrición. En Women’s, te proporcionaremos un asesoramiento totalmente personalizado que se ajuste a tu estilo de vida, a tus necesdades o regímenes especiales según sean tus circunstancias, todo ello con la seguridad que nos proporciona la experiencia y la especialización de una medicina totalmente fundamentada en evidencias y bases científicas.