El 17 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor con el objetivo de promover la concienciación sobre la necesidad de seguir buscando fórmulas que eviten o disminuyan el sufrimiento físico y emocional de millones de personas en el mundo.
Desde el año 2004, promovido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), la Federación Europea del Dolor (EFIC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Día Mundial del Dolor tiene como objetivo sensibilizar tanto a la sociedad en su conjunto como a instituciones y organismos públicos y privados sobre la necesidad de emplear los recursos necesarios para fomentar la investigación y el tratamiento del dolor.
En 1978, la IASP definió el dolor como una “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial o descrita en los términos de dicha lesión”.
En 2020, un grupo de expertos de la IASP llevó a cabo una revisión del término y estableció que el dolor era «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada a una lesión tisular real o potencial».
Mientras tanto, la Real Academia de la Lengua (RAE) en su diccionario afirma que el dolor es una “sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior” y también un “sentimiento de pena y congoja”.
Sea cual sea la definición adoptada por los especialistas, para aquellos que lo sufren el dolor puede llegar a ser una experiencia muy limitante que afecta en el día a día en las relaciones familiares y de pareja, disminuye las posibilidades laborales y económicas, y provoca infelicidad, angustia y sensación de impotencia.
DOLOR Y MUJER
De los 9 millones de personas que en España sufren dolor crónico, alrededor de 6 millones, son mujeres.
Entre el 10 y el 20% de las mujeres en edad fértil padecen endometriosis, una enfermedad crónica que puede manifestarse durante el ciclo menstrual con un dolor intenso que a menudo impide a la paciente llevar una vida normal.
La verdadera incidencia de la enfermedad es desconocida, porque muchas mujeres soportan durante años los dolores provocados por la endometriosis sin consultar con un especialista.
Entre un 20 y un 90% de las niñas y mujeres en edad reproductiva sufre calambres intensos y dolor pélvico, abdominal y en la parte baja de la espalda antes o durante la regla (dismenorrea), un trastorno ginecológico muy frecuente que impacta y disminuye la calidad de vida de la mujer hasta el punto de que un 30% padecen síntomas suficientemente graves como para condicionar y limitar su vida laboral, académica y familiar.
Todavía hoy el dolor que sufren muchas mujeres está infravalorado e infradiagnosticado, debido a que la sociedad tiende a considerar el dolor relacionado con la menstruación como algo “normal” que debe soportarse sin queja.
“Si le preguntas a una mujer “Entre 0 y 10, ¿Cuánto te duele?” y responde “Más de 4”, los médicos no debemos considerarlo una situación normal y debemos investigar el origen de ese dolor”, afirma el Dr. Francisco Carmona, Jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona y Director Científico de Clínica Ginecológica Women’s CD. El dolor que incapacita no debe normalizarse, pero muchas veces no se hace caso a las mujeres porque son cosas que les pasan solo a ellas, y seguimos en una sociedad muy machista que ve normal que una mujer puede estar tres o cinco o más días días al mes invalidada”.
Por ello, si se da alguna de las siguientes circunstancias, es necesario consultar con el ginecólogo:
- Aparecen por primera vez el dolor y los calambres.
- Empeoran el dolor y los calambres y se hacen más intensos o insoportables.
- El dolor y las molestias te impiden desarrollar tu vida académica, laboral o familiar.
- Tienes fiebre acompañando el dolor menstrual.
- Tienes dolor incluso cuando no tienes la menstruación.